domingo, 2 de diciembre de 2007

Una semana

Después de unas semanas liberada porque me hacías caso, vas hoy, me dices que tienes plan, y aquí estoy como una tonta loca de celos.

A ver cuándo te vas a dar cuenta que la razón por la que quiero verte constantemente es porque cuando te tengo cerca se me quitan las ganas de tener algo contigo!
Que lo que peor le sienta a mi cabeza es tenerte lejos, porque se pone a pensar, y pensar, y pensar, y acaba endiosándote... y no hay mejor prueba para bajarte a la tierra que tenerte delante, que me sale sólo "¿pero cómo he podido querer algo contigo?!"

Pero nada, hace más de una semana que no te veo, y mira lo mal que me puede sentar. Sí, una semana es... un tiempo prudencial.

2 comentarios:

Pedro Fernaud Quintana dijo...

Guauu, Zoe, me has dejado flipado con tu comentario. Muchas gracias, mola saber que hay alguien nuevo (encima, misteriosa) al otro lado del espejo. He echado un vistazo a tu diario y me ha resultado extrañamente familiar. Es una buena radiografía del alma encerrada en el cuerpo. O al revés. Ya no lo tengo claro. Seguiré mirando por tus ventanas.

Yo! V.I.P. dijo...

Bueno, llegué a tu blog de forma casual y no esperaba encontrarme con un blog así. No quiero gastarlo de golpe, voy poco a poco, para que no se acaben.

Me parece tan bien que te resulte familiar, eso me dice que algo que le pasa a alguien, ya lo han sentido otros en algún momento en algún lugar. Es reconfortante saberlo, ¿no crees?